Nota previa: Con este artículo inauguro una nueva serie de publicaciones que se recogerán bajo el nombre de Apuntes técnicos. A diferencia de otros textos más reflexivos o filosóficos, en esta serie me centraré en aspectos concretos de la técnica y la táctica en el slalom.
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Cuando entrenamos y competimos slalom, no siempre sentimos que lo hacemos del mismo modo. Hay días en los que las puertas parecen abalanzarse sobre nosotros, como si tuvieran vida propia, y la corriente juega en contra, empujándonos de un lado a otro sin darnos tregua. En otros momentos, en cambio, todo fluye con una naturalidad asombrosa: las trayectorias se dibujan con facilidad, los apoyos son precisos y la corriente parece llevarnos en volandas, como si el río nos conociera.
Esa contradicción nos revela una tensión constante entre la reactividad y la proactividad. Los piragüistas de slalom, por la naturaleza misma del deporte, oscilamos entre una actitud reactiva —cuando respondemos a lo inesperado o desde un estado de “pánico”— y una actitud proactiva —cuando nos anticipamos y conducimos nuestra piragua desde la intención. Esta oscilación depende, en gran parte, del grado de previsión, de la claridad táctica y del enfoque técnico que logremos mantener.
En cada atleta conviven dos personajes: uno que resuelve situaciones límite cuando el margen de acción se reduce, y otro que concibe el recorrido con anticipación, ampliando los espacios de decisión y control.
Cuando no generamos suficiente espacio de trabajo —ya sea por imprecisión técnica, por fallos de lectura o por tensión— caemos en la reactividad. En cambio, cuando afinamos nuestra visión del recorrido, cuidamos la posición del cuerpo, la calidad de palada y gestionamos bien las líneas, ganamos proactividad: somos capaces de conducir y no solo de responder.
Entrenadores y deportistas deben esforzarse en crear un estilo de navegación que dependa mínimamente de resolver situaciones de manera reactiva, para pasar a un estilo enfocado en la proactividad.
Ámbito / Factor | Situaciones que favorecen la Reactividad | Situaciones que favorecen la Proactividad | ¿Controlable? |
Lectura del circuito | Lectura superficial o incompleta del circuito | Análisis detallado del recorrido y líneas posibles | Si |
Reconocimiento / visualización | Visualización pasiva o poco estructurada | Visualización activa, incluyendo soluciones alternativas | Si |
Toma de decisiones | Decisiones improvisadas en el momento sin margen de corrección | Decisiones anticipadas con margen para ajustes | No |
Espacio de trabajo | Mal posicionamiento de piragua y/o cuerpo que limita las opciones | Posición corporal y de embarcación que genera opciones y da margen de corrección | Si |
Control del ritmo | Quedar a merced del agua for falta de un plan claro | Imponer ritmo propio según el plan técnico | Si |
Estado físico | Fatiga acumulada que disminuye la capacidad de anticipación | Buen estado físico que permite mantener enfoque y control | Si |
Gestión emocional | Estrés, presión o frustración que bloquea la lectura del río o la técnica | Confianza y enfoque que sostienen la toma de decisiones claras | Si |
Condiciones del entorno | Cambios bruscos en la corriente no previstos | Uso inteligente de la corriente para mejorar las trayectorias | No |
Estilo técnico del palista | Estilo poco adaptable o rígido | Estilo versátil con recursos técnicos variados | Si |
Trabajo previo (entreno) | Entrenamiento centrado solo en repeticiones o velocidad | Entrenamiento orientado a comprensión táctica y creación de soluciones | Si |
Aunque algunos factores, como las condiciones del entorno o errores acumulados que nos dejan mal posicionados, no son del todo controlables, la mayoría de las variables que influyen en el tipo de respuesta que damos sí lo son. Esto implica una responsabilidad y una oportunidad.
La práctica del slalom no trata solo de ejecutar maniobras, sino de construir un modo de navegar. Cuanto más entrenamos nuestra capacidad de anticipación, lectura, adaptación y gestión emocional, más espacio le damos a la proactividad. Y con ella, aparece una navegación más fluida, consciente y eficaz. En definitiva, no se trata solo de reaccionar mejor, sino de tener que reaccionar menos.